Dentro de unos meses, podré ir a la plaza Syntagma en Atenas
y plantarme ante el parlamento griego con mi maleta llena de piedras:
«¡Pieeeeeeeeedras! ¡Piedras españoooolasss!
¡Las mejores 'pa romper ventaanaaas, escaparaaaateees,
lunas de coches oficiaaaleees! ¡Ideales, oigaaaaa!
¡Que me las quitan de las maaaaaaaanoooos!
¡Rica piedra españolaaa! ¡La que sabe se la llevaaaa!
¡Pieeedras, piedras españolaaaas»
Así, pero en griego: